Cómo gestionar los problemas familiares en Navidad y sobrevivir - Psicologa infantil, adolescentes y adultos. Donostia
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Cómo gestionar los problemas familiares en Navidad y sobrevivir

Mesa de Navidad familiar

Buenas intenciones, no nos faltan.
Todos esperamos las fiestas navideñas para dejar atrás los malentendidos y las pequeñas riñas familiares, y poder sentarnos juntos a cantar villancicos y disfrutar de turrones, mazapanes, polvorones y de las muchas otras tentaciones que nos aguardan estos días tan señalados.
Pero, la realidad es muy distinta.
En lugar de desvanecer, los problemas familiares tienden a multiplicarse en Navidad.
¡Yo el día de Navidad estoy con mis suegros!, dice uno…
¡Yo no tengo intenciones de cocinar para todos este año!, dice el otro…
¡Yo prefiero irme a esquiar!
¡A mí que me dejen de Navidades y de regalos que ya tengo bastantes problemas!
En fin, ¡qué te voy a contar a ti que probablemente lo vives cada año!
Las tensiones prenavideñas que se generan con las complicaciones organizativas no facilitan una convivencia cordial durante el propio evento.
Y no olvidemos que la presencia del alcohol en la mesa tiende a empeorar la situación…
¿Cuántas veces se habrán sacado esqueletos del armario que todos preferirían mantener guardados por culpa de todas aquellas copas de cava de más?
Gestionar los problemas familiares en Navidad y sobrevivir no es nada fácil. Nos puede incluso llegar a provocar ansiedad
Nunca lo ha sido, pero nuestras complicadas agendas sociales de hoy multiplican las tensiones y las posibilidades de desencadenar conflictos innecesarios.

¿Qué debes hacer para gestionar los problemas familiares en Navidad y sobrevivir?

 

Mesa de Navidad con copas de vino

1. La felicidad la creas tú, no tus circunstancias

Las Navidades han pasado a ser sinónimo de felicidad.
Al menos, esa es la imagen que proyecta la sociedad que nos rodea: villancicos, películas con bandas sonoras encantadoras, motivos navideños, mercados temáticos, Papa Noel, Reyes Magos, regalos, luces de colores…
¿La imagen perfecta de la felicidad…?
No, necesariamente.
La Navidad es un escenario ficticio.
Para empezar, puede que por tus creencias prefieras no celebrar estos días con tanta pompa, pero respetas a todos aquellos que lo hacen.
Puede que te encuentres en un momento vital que no te motive a vivir tanta reunión familiar y social.
O puede que, simplemente, no soportes la presión social de tener que vivir estas fiestas con una sonrisa en la cara y con una pandereta en la mano.
Y, eso es perfectamente aceptable porque tú decides lo que te hace feliz, no los demás.
¿Que la presión te la imponen los demás y es ineludible?
No pierdas tu paciencia, ni pierdas tu buen humor.
Piensa que tú has decidido que las Navidades no te hacen felices, pero ellos han decidido lo contrario.
Y hay que respetarlo.
Simplemente, comunícales de manera cordial que este año prefieres hacer las cosas de otra manera, pero que no se lo tomen mal porque habrá otras ocasiones para reunirse y disfrutar de un buen rato juntos.
¡Verás cómo la reacción es mucho más positiva de lo que te esperabas!
Defienda tus fronteras sin estresarte y sin aislarte del mundo exterior.

2. Acepta la manera de celebrar las fiestas de los demás

De la misma manera que tú tienes la libertad de escoger tu estado de ánimo (o de reaccionar con cierto estado de ánimo) durante las Navidades, tienes que entender que los demás también la tienen.
Si alguien te dice que no está de humor para acudir a la gran celebración que has preparado, no te lo tomes como una ofensa.
La clave es aprende a usar tu libertad y tu derecho a elegir las circunstancias de tu felicidad mientras que respetas la libertad de los demás por hacer lo mismo.
La psicóloga Maribel Martínez relaciona la Navidad con el ciclo vital de cada persona:
“En la infancia solemos vivir, según el contexto o la sociedad, las fiestas como algo mágico, bonito y muy excitante. Cuando nos hacemos mayores tenemos más problemas y experimentamos pérdidas, por lo que nos cuesta más disfrutar de estas fiestas que vivimos como una carga u obligación, ya que asumimos que ese momento mágico no volverá a ser lo que era”.
Puede que los miembros de tu familia os encontráis en diferentes periodos vitales.
Tal vez, tu hayas celebrado la llegada de tus hijos a la familia y quieras regalarles la ilusión de las fiestas a los pequeños, mientras que, el resto de tu familia no comparta estas ganas de disfrutar de las fiestas.
Simplemente estáis en distintos puntos de ciclos de vida y hay que respetarlo.
De nuevo, la comunicación es fundamental en estos casos para evitar malentendidos.
Y, sobre todo, ¡no fuerces la troca!
Sé flexible y respeta a aquellos que prefieren hacer las cosas de otra manera.

3. El formato que sea, pero por ilusión, nunca por obligación

Llámale Noche Vieja, Noche Buena, Navidad, San Esteban, Reyes o simplemente llámale reunión “ya tocaba juntarnos” … lo que tú quieras.
El formato, el nombre, el lugar… todo eso no importa.
Lo que sí que importa es que los participantes tengáis ganas de pasar un buen rato juntos disfrutando de la compañía, de la conversación y de los recuerdos.
Porque esos recuerdos que compartís son como tesoros especiales que os unen y hablar de aquellos momentos y de aquellas personas, es muy enriquecedor.
En Navidad o en cualquier otro momento del año.

¿Buscabas algunos consejos más prácticos para gestionar los problemas familiares en Navidad?

 

1. Si eres de los que apuestas por las Celebraciones a lo grande, intenta no sobrecargarte de responsabilidades. A tus muchos compromisos diarios súmale las compras, los regalos, las decoraciones, la cocina… No asumas que vas a poder con todo. Y pide ayuda si es necesario.

2. Respeta los compromisos que tu pareja tiene con su propia familia. Si coinciden con los tuyos, no te preocupes. Habladlo, organizaros y recuerda que no es necesario que tú hagas acto de presencia en todo momento.

3. Intenta no juzgar a los demás, sacar los esqueletos de los que hablábamos antes ni provocar tensiones o discusiones innecesarias. La familia perfecta no existe. Mi recomendación es que te centres en las cualidades positivas de los miembros de tu familia, les aceptes como son y que busques compartir un rato positivo con ellos. Pero, si crees que es necesario poner límites, ponlos. Comunícalos e intenta llegar a ciertos acuerdos respetando la libertad de todos por disfrutar de las Navidades como queráis.
Y si crees que necesitas una mano amiga que te ayude a gestionar los problemas familiares estas Navidades, no tienes más que ponerte en contacto conmigo.
Juntos, abordaremos esa ansiedad, estrés o apatía con la que te enfrentas a las fiestas y al año nuevo.
Llámame o escríbeme hoy y disfruta de tus días cómo tú quieras, con quien tú quieras.

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